Agárrate, que vamos a hacer un viaje rápido por la historia de la inteligencia artificial!
Todo comenzó allá por los “años 50”, cuando un grupo de científicos se preguntó: «¿Y si logramos que las máquinas piensen?». Seguro que alguien en la sala dijo: «¿No es eso lo que pasa en las pelis de ciencia ficción?».
Pero no, ellos estaban hablando en serio. Así nació el concepto de “Inteligencia Artificial”. De hecho, en 1956 hubo una conferencia tan importante que hoy se considera el «bautizo» oficial de la IA. ¡Había nacido el bebé tecnológico!
En los “60” y “70”, las máquinas empezaron a hacer cosas impresionantes… bueno, impresionantes para su época, como resolver problemas de matemáticas. Eso sí, todavía estaban más cerca de una calculadora con mucha actitud que de un robot inteligente. Aun así, el mundo estaba emocionado.
Llegaron los “80” con una novedad: las “redes neuronales”. ¿Qué son? Bueno, imagínate que las máquinas empezaron a tener algo parecido a un «mini cerebro» que aprendía de la experiencia, como cuando tú te quemas con el café y luego lo soplas antes de beber. Sin embargo, el entusiasmo se apagó un poco cuando se dieron cuenta de que enseñarles a las máquinas no era tan fácil como enseñar a un perro a sentarse.
Pero entonces… ¡Bum! En los “90” y 2000, la IA volvió a ponerse de moda, sobre todo cuando la máquina “Deep Blue” de IBM venció al campeón mundial de ajedrez, “Garry Kasparov”. Ese fue un momento épico, como si un robot le ganara a Messi en una tanda de penaltis.
Y finalmente, llegamos a la “era moderna”. En la última década, la IA ha dado el estirón: ahora no solo juega al ajedrez, también te sugiere qué serie ver en Netflix, te responde con Alexa y hasta puede reconocer caras en fotos. Esto gracias al “aprendizaje automático” y su versión más avanzada, el “deep learning”. Las máquinas están más listas que nunca!
Así que ahí lo tienes: la IA pasó de ser un sueño loco de unos científicos en los años 50 a ser parte de nuestra vida cotidiana. ¿Y lo mejor? Y esto solo es el comienzo …